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maria_gabriela

Anunciación (cuento)

Estábamos sentados frente al fuego
El calor se hacia sentir, de repente sin pensarlo
Las palabras salieron de su boca y nos sorprendió a todos con su balbuceo.

Rompió el cálido silencio de la noche en un sinfín de frases dichas sin conexión alguna.
Pensamos que estaba poseída, que algún espíritu perverso se había metido bajo su lengua para que hablara.
Pensamos en que el fin de los días estaba llegando, sobre el segundo año del nuevo milenio.
Todos habíamos sentido la sangre congelarse en las venas y agolparse en la sien, latiendo y latiendo...

Cuando termino de hablar, nos vimos, nos escudriñamos, pero sin atrevernos a cruzar los caminos de la mirada.
El miedo se había apoderado de todos, de cada uno, como la noche se adueña del cielo.

Pasó en ese instante un ángel negro, vestido de blanco y llenó de sombras el lugar.

Al tiempo alguien se levantó de su silla y anunció que era hora de dormir,
“que la noche en el silencio del campo no es buena consejera para la mente y el espíritu”
“que los huesos de los animales muertos hedían a tierra mojada y putrefacta”
“que el sol, limpiaría con su luz la mañana que pugnaba por ganarle a la oscuridad...”

Nos fuimos todos a dormir.

Despertamos, con el galope de un caballo en la nieve, cuyo jinete gritaba palabras que no entendimos.
Dejo un papel sucio por debajo de la puerta de algarrobo y nuevamente se sintió el galope desenfrenado que se alejaba.

Con los ojos pegados, los pelos revueltos... rodeamos el papel que yacía en el piso.
Nadie se animó a levantarlo por un largo instante que parecía eterno.
Finalmente lo recogí y leí.

La muerte se anunciaba en ese telegrama inmundo.

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